¿Te has dado cuenta de que en el parchís tenemos los colores azul, verde y amarillo paras las fichas y que si los llevamos al terreno del reciclaje coinciden con el contenedor de papel y cartón, de vidrio y de envases de plásticos, latas y briks respectivamente? Por eso siempre me he preguntado: ¿qué pasa con el color marrón? ¿por qué no está en el parchís?
Personalmente, creo que este color debería estar de moda, tanto en el parchís como en el reciclaje, porque el color marrón es el color del reciclaje de los residuos orgánicos. Es decir, de los restos de comida o servilletas usadas que solemos generar diariamente y que, sin embargo, es uno de los mayores retos a los que enfrenta España para alcanzar los objetivos de reciclaje de la UE.
Los datos hablan por sí solos…
Las ambiciones de la normativa europea son muy exigentes: debemos llegar a una tasa de reciclaje del 60% para el 2030 y un 65% en 2035. Y para conseguir estas cifras, uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan ciudades y pueblos es el reciclaje de la materia orgánica. En nuestro caso, España se enfrenta al reto de reciclar el 55% de los residuos municipales antes de 2025.
En este sentido, las principales ciudades del País Vasco, Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid se han puesto las pilas, y son un ejemplo a seguir. La mayoría ya tiene puesto en marcha procesos de recogida específicos para la basura orgánica, porque si no la reciclamos, será imposible alcanzar los objetivos. Sin embargo, nos encontramos con un problema, y es que el llamado 5º contenedor o contenedor marrón, ese color tan de moda, no está generalizado en toda España.
En el caso de Madrid, según los datos del Ayuntamiento, desde que se implementó en la ciudad el contenedor marrón en el año 2017, la recogida de los residuos orgánicos está siendo muy satisfactoria. En este sentido, de enero a junio de 2022 se recogieron 110.475 toneladas, siendo los residuos que más se reciclan en la capital de España.
Pero, ¿con qué combina el color marrón?
Queda muy bien con los restos de fruta y verdura, de carne, de pescado y de la comida en general, así como con las cáscaras de huevo, de marisco y frutos secos. Y qué decir con el papel de cocina o servilletas usadas, que van directamente al orgánico.
También sabemos que el café de la mañana sabe estupendo, pero recuerda que los posos del café y las infusiones deben ir al contenedor marrón. Además, aunque está de moda tener unas plantas en la terraza, en el balcón o en el jardín, los restos de jardinería también van al contenedor marrón.
Y si, aunque tenemos poco espacio en casa para meter un cubo más de reciclaje, no hay excusas, porque si queremos que las cosas cambien debemos ser nosotros quienes empecemos a cambiarlas, ¿no crees?
Existen cubos modulares, extraíbles o compartimentados en dos o tres que nos ayudan a separar correctamente en casa y formar así parte de esta cadena circular para mejorar el medio ambiente.
¿Te unes?
